
«Todo empezó con una manzana…».
Santiago de Compostela. España – 1973

En su obra, diversa y ambigua, en un análisis más detenido, se observan referencias a movimientos Vanguardistas, así como de los recursos de surrealismo. Perrisco desarrolla una forma personal y única de arte de vanguardia, un estilo figurativo alejado de cualquier etiqueta.
Su personal lenguaje pictórico, de formas contundentes y contornos muy delimitados, combina los procedimientos de los maestros antiguos con determinados aspectos del surrealismo y sus imágenes encarnan una gran cantidad de contradicciones, mezclando tranquilidad con tensión extrema, sueño y misterio con realidad o erotismo con inocencia.

