A veces la falta de cultura artística hace que no valoremos correctamente el arte y las muestras o exposiciones.. como es mi caso.
De todos es conocido la importancia del color negro en el arte.
Podemos visionar creaciones desde el arte rupestre a la adquisición mediante el avance de los medios y técnicas, en la búsqueda del realismo, la presencia de este color en sombreados, profundidad y la acentuación de detalles que de otra forma se perdían en los trazos.
Gracias al negro también, aparecieron los cuadros mortecinos, tales como los de Rubens y Rembrandt, que reflejaban la melancolía de una época y que confrontaban al espectador con sus propias emociones oscuras. Durante el siglo XIX el color negro tomó fuerza en el arte como James McNeil Whistler convirtió este color en el tema de su obra más famosa, Arrangement in gray and black number one (1871).
Édouard Manet recurrió a los negros por su fuerza y efecto dramático. Renoir también usó este color, especialmente en sus retratos. Van Gogh utilizó el negro para delinear muchos de los objetos de sus pinturas. Kasimir Malévich fue otro de los grandes artistas que le dio protagonismo a este color en sus obras.
Incluso podemos entender el uso de este color como parte fundamental de un cuadro La obra de Pablo Bellot o mancha negra de Vassily Kandinsky de 1912 o las famosas “salpicaduras negras” del final de la carrera de Jackson Pollock o en la creación de texturas y apreciaciones como con Pierre Soulages usando los distintos ángulos de la luz para crear efectos siendo el negro el absoluto responsable de expandir la luz dentro de sus obras… los ejemplos son innumerables.
Pero llegas a una exposición de un importante museo y descubres un pequeño cuadro, con un único color, carente de texturas y formas, un óleo básico pintado totalmente con ese color que por carecer, hasta carece de título y con pequeño rótulo que lo acompaña (Diego Santomé – Sin título 2015).
Como si se tratase de una muestra de Pantone buscas y rebuscas el porqué de encontrarlo y aún sin conseguirlo, la respuesta que viene a tu mente es.. que voy a saber yo de arte contemporáneo (afirmación que es totalmente correcta)… pero, ante el asombro de ese hallazgo podemos descubrir que no es una idea nueva, se trata de una “versión” ya elaborada por Ad Reinhart en 1963 (pintura abstracta nº5), otro pintor que decidió elegir el color negro como el único protagonista de sus cuadros
Esto nos lleva a pensar que el arte definitivamente endiosa a ciertos especímenes que llenan nuestros museos y exposiciones de obras que lo único que consiguen es que hagamos una y otra vez las mismas preguntas:
¿Como se puede entender el arte contemporáneo?
Es todo válido a la hora de exponer y es todo válido de un artista que ya tiene su marca bien posicionada.
¿Por qué las salas de este tipo de exposiciones están siempre lejos de llenarse?
Ahora ya tengo claro mi nueva obra…
Sempre elucidativo.