La pedantería nos empalaga

Pedante según la RAE es dicho de una persona: engreída y que hace inoportuno y vano alarde de erudición, téngala  o no en realidad, vamos una persona que presume de manera inoportuna, a través de su actitud o sus palabras, de tener grandes conocimientos, o hace creer que los tiene.

 

El pedante De Francisco De Goya Lucientes, 1797

Decía Chesterton (escritor, filósofo y periodista británico de principio del S.XX) que en cuanto metemos al artista se nos cuela el esteta. ¿Qué es el esteta? Es el pedante del arte.  Es el amante de las palabras muertas.

Ya sabemos que no es algo nuevo en la Historia, pero existen miles de ejemplos de  esteta como el que desprecia el realismo porque no lo entiende desconociendo la calidad de una obra y los millones de matices que aporta, lejos de una «simple» fotografía; o como aseguraba José Luis Garci, no me molestan los críticos. Los que me molesta es el crítico que ve una película, no entiende nada, se aburre mucho y, por esas dos razones, sale diciendo que se trata de una obra maestra y si disfruta con una película y la entiende, resulta que es una obra menor.

Pero es que la pedantería va entrando en todos los ámbitos. Vemos las grandes creaciones de los cocineros que de tanta literatura nos olvidamos que vamos a comer, las largas descripciones de un vino y si ya nos acercamos a una obra de arte, es para morir en la orilla por no querer conocer el continente conquistado.

Palabras muertes, carentes de fuerza, de vivacidad en la que intentan envolver al receptor en hipérboles, parábolas y con semántica más digna del Barroco que de una descripción entendible. Al final, al público en general, va a ser que el arte le aburre. Digo yo, algo tendrá que ver el envoltorio..

Con los años descubres que la sencillez, la simplicidad tanto en la puesta en escena como en la ejecución va consolidándose como norma, eliminando esos superfluos artificios.

Será que la vida complicada ya no es para mi?, será que ya voy adquiriendo una obsolescencia a tanta «modernidad»?… sea como fuere… en el arte igual que la vida, lo importante es lo más simple y seguramente por ello, es lo más difícil de conseguir.

Alcemos la copa con una bebida que ofrece una complejidad infinita que se va mostrando poco a poco, en cada sorbo, su paso por boca es inmensamente sedoso y elegante, que tiene una capacidad asombrosa de envejecimientonos, con una inmensa gama aromática y elegancia pura… vamos, lo que se conoce como un buen vino tinto. 

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